martes, 12 de abril de 2016

El control mental con la industria del entretenimiento

Gracias a los avances científicos del siglo XX, los Illuminati pudieron perfeccionar sus rituales ancestrales de encantamiento y convertirlos en técnicas científicas de control mental. Una vez consolidados estos procedimientos durante el periodo de experimentación que se extendió de la Segunda Guerra Mundial a la Guerra fría, los Illuminati procedieron a aplicarlos en todas las esferas de la vida pública.

Han utilizado la televisión para exponer a la población estados continuos de estrés, tan pronto alguien encienda su televisor se ve expuesto a actos de violencia despierta el instinto de sobrevivencia de los individuos, de modo que siguiendo estos instintos se refugien en la depresión y la obediencia, suspenden su comportamiento racional, dejan de aspirar al conocimiento (objetivo último de la razón), y se vuelven criaturas atemorizadas y sumisas, dispuestas a acatar cualquier tipo de mandato.

Lo mismo ha ocurrido con la industria cinematográfica. Ya desde los tiempos del Tercer Reich, 
Joseph Goebbel, a cargo del Ministerio propaganda, distinguió la gran utilidad que tenía el cine impactar y cautivar masas.

 Lograron identificar la manera para mandar mensajes subliminales, ocultando todo con una manta de entretenimiento, la intuición de Gobbels fue sistematizada en las décadas posteriores por la Orden Illuminati, que comenzó a introducir mensajes cifrados en grandes obras cinematográficas constituyen una suerte manual con los cuales Illuminatinos alecciona de una manera subliminal.

Un ejemplo es la película Mago de OZ, es una cinta considerada una ilustración del proceso que atraviesa una persona que ha caído en un trance hipnotico, su autor L. Frank Baum, tenía conocimientos de rituales esotéricos y fue un miembro de la sociedad Teosofica de Madame Blavatsky.

Los personajes que Dorothy encuentra en el reino de Oz son representaciones de distintas personalidades alternas ocultas subconsciente del individuo y cada uno de los personajes tienen una limitante característica.
Si una personalidad alterna careciera de este tipo de imperfecciones, existirá el riesgo de que adoptara un comportamiento impredecible y usurpara definitivamente el lugar de la personalidad inicial.

Un error de esta naturaleza atraería el interés de la opinión publica desgarrando el velo de apariencias de los Illuminati.

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