El veneno oculto en los alimentos.
El uso de alimentos
modificados para influir de manera disimulada en la vida de la población no es
un recurso nuevo para los illuminati. Por el contrario, es uno de tantos con
los que experimentaron ese primer ensayo de Nuevo Orden Mundial que fue el
Tercer Reich.
Entre los
procedimientos nazis para consolidar su dominio sobre la población se
encontraba la contaminación del agua potable con fluoruro de sodio, sustancia
que inducia un comportamiento dócil en las personas.
Además, aunque en
apariencia la ciencia y la tecnología han encontrado la solución ante los riesgos
de hambruna mundial, existe la posibilidad de que en los alimentos “milagrosos”
se encuentre la causa del fallecimiento de millones de personas.
Se trata de una
campaña de exterminio, de este modo año tras año millones de personas pierden
la vida sin saber que han ingerido voluntariamente el veneno que los ha matado
y nos encontramos muy cerca de un mundo en el que la naturaleza, tal y como la
conocieron nuestros antepasados, habrá dejado de existir.
Los mismos consorcios
trasnacionales vinculados a la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller también
se han visto involucradas en el diseño de vacunas y se rumora que durante la década
de los 80 y 90 del siglo XX desarrollaron la vacuna del tétanos pero que producía
esterilidad de esta manera se reduciría la población.
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